Distrayendo los ocios (veraniegos) en la fortaleza de la soledad (VIII)

Este verano he podido empezar a dirigir por videoconferencia la primera aventura de mi nuevo libro de los Mitos, aunque con dificultades para quedar con regularidad. Esta vez he optado por enfrentar a los personajes jugadores desde el principio a un peligro que los supera ampliamente para pasar luego a la investigación. Eso hace que la sensación de inseguridad sea constante a lo largo de toda la aventura y que el terror se genere a partir de suponer una amenaza que a veces ni llega a estar presente. Por extensión, los jugadores están siendo muy cautelosos a cada paso que dan.
Mientras tanto, estoy trabajando poco a poco en la segunda aventura, en la que también estoy poniendo todo mi empeño para que resulte un reto a personas que llevan jugando muchos años conmigo y a las que cada vez es más difícil sorprender. Os hablaré de ella en cuanto esté más avanzada.
 
Por otra parte, como os comenté en una entrada anterior, he puesto en marcha una partida de Dragones y Mazmorras en Comunidad Umbría. Al final, el reglamento elegido ha sido el de Axis Mundi, la próxima publicación de la editorial 77 Mundos, por cortesía de Carlos de la Cruz, que ha tenido la bondad de permitirme leer una copia del manuscrito y de paso le echo una mano en la labor de pruebas.

Para quien no haya oído hablar de él (recomiendo pasarse por la Frikoteca) solo decir que es un retroclón diseñado con la perspectiva de adaptar las reglas clásicas al mundo de fantasía que se desee. Para ello descompone el juego original en sus partes más básicas y explica cómo reconstruirlas al gusto. Incluye reglas para diseñar clases de personaje, hechizos, monstruos y sugerencias para aplicar reglas de la casa. En ese sentido, es tanto un juego completo como una caja de herramientas para crear el tuyo propio, que es su aspecto más destacable. Hay que decir que dado que está enfocado hacia la creación de contenidos, para algunas cosas no incluye tantos detalles o elementos como otros retroclones al uso. Su filosofía es «hágaselo usted mismo y disfrute creando sus propios materiales», por lo tanto, se requiere un esfuerzo para obtener una experiencia de juego plenamente satisfactoria.

En cuanto a las reglas básicas, no son muy diferentes de las del resto de retroclones, con lo que son fáciles de aprender. Algunas de sus particularidades son el uso de la CA positiva, un sistema de pericias sencillo y bastante flexible, basado en sacar menos que la dificultad en 1d6, tiradas de salvación renombradas para facilitar su comprensión, golpes encadenados cuando tumbas a un enemigo y un sistema interesante para representar la caída de un personaje en la batalla, entre otras cosas porque es bastante completo.

Todavía no he explotado las posibilidades de la parte creativa del libro. Estoy limitándome a usar el material que incluye de base y, de momento, en la práctica funciona bien. Creo que saldrá un buen libro que gustará a los directores inquietos.
 
 


Videojuegos

Este verano lo he dedicado sobre todo a jugar sagas «clásicas» de videojuegos, en particular la de Mafia y la de Metal Gear. También he tenido la oportunidad de probar el Microsoft Flight simulator.

Mafia: Definitive Edition. Es una reedición del clásico de 2002 con el apartado visual adaptado a la tecnología actual, control mejorado y ajustes varios en la jugabilidad que lo hacen bastante más accesible que el original, el cual destacaba por su exigente realismo y algunos problemas en el control. Como amante del cine negro me ha parecido una delicia y una obra totalmente recomendable.
 
 
Mafia II: Definitive Edition. Aprovechando la inercia de acabar de jugar la primera entrega, decidí continuar la historia con la remasterización de la secuela de 2010. En este caso, es el mismo juego con algunas mejoras. Es más largo y más completo que Mafia I y, además, abarca distintas épocas. Me gustó también mucho, pese a que se le nota más el paso del tiempo. Tuvo un doblaje al castellano bastante criticado. A mí particularmente no me desagrada porque me recuerda a los doblajes de las películas de cine clásico.
 

 

Metal Gear 2 HD. Una versión del clásico de PS2 adaptada a Xbox 360 que he podido jugar en Xbox One X gracias a la retrocompatibilidad. En su día fue, junto a Final Fantasy X, el buque insignia de PS2 y el que contribuyó a crear unas expectativas tan altas que hizo que Sega tuviese escasa oportunidad con Dreamcast. Hoy, visto en perspectiva, sigue siendo un buen juego, impresionante para su tiempo. A nivel argumental es el menos interesante de toda la saga. Fue muy criticado en su día por darle el protagonismo a un personaje poco carismático, al menos en comparación con Snake. No obstante, reconozco el esfuerzo por tratar de innovar.
 

 
Metal Gear 3 HD. Supuso un salto cualitativo tanto a nivel estético como mecánico y también argumental. Se ambienta en la guerra fría y transcurre mayoritariamente en territorio agreste, donde es necesario usar equipo de camuflaje y supervivencia. Pese a haberse estrenado hace casi 20 años, parece un juego actual. Incluye uno de los combates más intensos de la saga, un duelo contra un francotirador en campo abierto. Imprescindible, probablemente la obra maestra de Kojima.
 

 

Twelve Minutes. Una aventura gráfica de suspense estrenada este mismo verano en el servicio Game Pass de Microsoft en la que el protagonista queda atrapado en un bucle temporal que dura doce minutos. Ha recibido críticas muy favorables en la prensa especializada e incluso elogios del diseñador Hideo Kojima, padre de Metal Gear. Desde luego es loable que con un presupuesto muy ajustado y no poco ingenio se haya logrado un trabajo inmersivo y con buen nivel de detalle. Casi todo transcurre en un pequeño apartamento en el que interactúan principalmente tres personajes y tú, como protagonista, vas recabando información en cada ciclo a base de prueba y error para hacer avanzar la historia. A mí me ha parecido el equivalente a convertir un cortometraje de festival de cine independiente en un juego interactivo.
 

 
 
Microsoft Flight Simulator. Se trata de la última encarnación de la exitosa serie de simuladores de vuelo para ordenador, que comenzó sus andadas en 1982 y sigue en la brecha. Particularmente he de confesar que nunca me han atraído los simuladores estrictos y que lo he probado porque está incluido en el servicio Game Pass de Xbox. Esta versión destaca por usar información de satélite para representar todo el globo terráqueo, dando así la posibilidad de sobrevolar cualquier lugar que se desee. He hecho algunos vuelos sencillos con avioneta sin entrar en la parte más simulacionista y resulta bastante curioso, mapas acertados en ciudades grandes y totalmente erróneos en lugares más alejados.
 

 

PlayStation VR. Hace unos días estuve en casa de un amigo y tuve la oportunidad de probar el casco de realidad virtual de PS4. Era la primera vez que experimentaba esta tecnología y me resultó impresionante, especialmente con el Resident Evil, que era tan inmersivo que parecía que realmente estuvieras en una casa de los horrores. Ahora sé exactamente cómo se sintieron los espectadores de aquella proyección de los Lumière ante la impresión de ver por primera vez la proyección de un tren en pantalla, si es que la anécdota es cierta. Mi amigo me grabó pegando saltos cada vez me llevaba un susto —lo cual sucedía a menudo con cualquier detalle del escenario—, imágenes que, aparte de hilarantes, supondrán que sufra mi furiosa cólera como salgan de su móvil :P
La experiencia de jugar a Star Wars Squadrons con el casco no tiene comparación a hacerlo con la pantalla del televisor, es como estar dentro de la película, pudiendo ver todos los detalles de la cabina de la nave si giras la cabeza.
Quizá el juego que más me gustó fue el de Rick y Morty por usar los mandos para captar movimiento, lo que hizo la experiencia totalmente inmersiva. El día que salgan a la venta unos guantes hápticos funcionales para interactuar con entornos virtuales en consola, el mundo de los videojuegos dará un gran salto.




Cine

Coincidiendo con el estreno de la última película de la saga Rebuild of Evangelion, he decidido ver la tetralogía de tirón, ya que la serie original fue uno de mis animes favoritos de juventud. Visto en perspectiva, es un trabajo de animación sensacional, con mejoras significativas en el diseño de los ángeles, la maquinaria futurista en funcionamiento y en la coreografía de los combates. Al mismo tiempo, en mi opinión, resulta un paso atrás en la faceta intimista y de desarrollo psicológico de los personajes. El que se lleva la peor parte es Shinji, que fuera de todo el contexto que ofrece la serie es un personaje con el que es muy difícil sentir empatía. Han querido darle un enfoque comercial, más espectacular en lo visual, más optimista y menos profundo e innovador en lo narrativo. Lógico por otra parte, ya que fue un campo que ya exploró la obra original.
 

 

Lecturas

Con el fin de documentar el nuevo libro, me he dedicado a leer todo lo que he podido en torno a ensayos relacionados con la época y el tema en el que se basa, de los que he extraído buenas ideas. También he dedicado tiempo a leer librojuegos de la serie La Máquina del Tiempo (los blancos de Timun Más).  En lo que a rol se refiere, he leído Labyrinth Lord (de nuevo), Axis Mundi y la aventura Glitch para Cultos Innombrables, de mi amigo Ricardo Dorda, la cual recomiendo encarecidamente, aunque aventuro que es un reto para dirigir por la cantidad de elementos que hay que gestionar.
Por último, he empezado a leer la novela Vida y destino, de Vasili Grossman, que tiene unas excelentes críticas y, de momento, me está gustando mucho.
 

 

Conclusiones

Como todos los años he aprovechado el verano para disfrutar de toneladas de material de ocio casero, que ha sido bastante variado e interesante. Echo de menos hacer un viaje en condiciones, así que en cuanto la cuestión de la pandemia se aclare (si se aclara) me gustaría volver a viajar por el país.
He perdido la costumbre de compartir las entradas de este blog en redes sociales y de hecho mi actividad en ellas se ha reducido a la mínima expresión. Es algo que me ha ido sucediendo paulatinamente desde la desaparición de Google+ hasta perder por completo el interés por ellas, salvo para seguir noticias. Conservo mi participación diaria en un grupo privado de tertulia política en una aplicación de mensajería (donde tenemos acalorados debates) y mantengo mi presencia en algunos grupos de rol por vía similar, pero reducidos y circunscritos a amigos cercanos. Quizá sea cosa de la edad, pero para comunicarme en Internet ya no siento el impulso de hablar de todo inmediatamente a través de las redes sociales, prefiero usar este diario en formato blog de manera más pausada y publicar cada cierto tiempo aquello que me parece relevante para quien tenga paciencia y ánimo de leerlo (o como simple recordatorio personal).
 
Gracias a todos los que seguís leyéndome, ¡hasta pronto! :-)

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