Distrayendo los ocios en la fortaleza de la soledad (IV)

Este ha sido un verano en el que la coyuntura ha resultado de lo más complicada, teniendo en cuenta que vivimos una situación de pandemia mundial y no parece que vayamos a tener un remedio a corto o medio plazo. Así pues, pese a que desde el 21 de junio se dio por terminado el estado de alarma en España y nos encontramos dentro de la «nueva normalidad», he procurado mantener el aislamiento prudencial siempre que ha sido posible. Mala medida no ha resultado, dado que en mi localidad los contagios se están prodigando.
Sea como fuere, pasar tanto tiempo en casa estos últimos meses me ha permitido practicar actividades menos sociales, pero no por ello menos gratificantes. Como en otras ocasiones, voy a hacer un resumen de las mismas, que abarcaría un periodo desde mediados de mayo hasta septiembre:

Escritura

Una parte considerable de mi tiempo estival lo he ido dedicando a concluir proyectos que tenía en marcha. A finales de julio acabé de redactar el texto de La prueba de Lenzen y también de pasar a limpio el mapa, se trata de una aventura de D&D que se encuentra en fase de pruebas con mi grupo de juego habitual. Me suelo reunir una o dos veces por semana y de momento mis jugadores han resuelto en torno al 80% del complejo. En un par de sesiones más habrán llegado al final. Creo que es de las historias más divertidas y variadas que he escrito nunca.
Tras dar por finalizado el proyecto de Lenzen, a principios de agosto retomé Tambores de guerra con el fin de hacer una revisión del texto, partiendo de la base de la experiencia acumulada tras haber jugado la campaña completa y también de la publicación de Los asesinatos del Juguetero. Todo ello me llevó hasta el viernes 11 de septiembre. Tambores de guerra, recordemos, es la historia previa y posterior al Juguetero, que cuenta tanto los orígenes del criminal como lo que sucede después, con otros personajes como protagonistas y con otras historias distintas que se entrelazan.
La revisión ha consistido en mejorar la redacción, corregir errores y realizar añadidos con aclaraciones o nuevo contenido, tanto histórico como ficticio. Mi objetivo es que llegue a los lectores el mejor libro posible y que supere al anterior tanto en calidad como en tamaño. Se trata de un proceso muy delicado en el que es necesario emplear una considerable cantidad de tiempo para detectar fallos y evitar crear nuevos. Pese a que es una tarea ingrata, el resultado merece la pena.
Así pues, he acabado todos los proyectos roleros que tenía pendientes, con lo que a continuación tengo que decidir qué va a ser lo próximo. De momento, en mi libreta ya hay una lista de ideas y, por otra parte, tengo una novela de juventud que clama por ser acabada.

Videojuegos

Como ya sabéis, los videojuegos junto al rol son uno de mis pasatiempos favoritos. El encierro ha favorecido que haya jugado muchos estos meses, quizá más de lo que quisiera confesar. Os transmito en esta lista mis impresiones de cada uno:

Until Dawn (2015): un juego de PS4 que me pasó completamente desapercibido en su día y que he podido jugar gracias a PlayStation Now. Viene a ser una reproducción de las películas de terror para adolescentes de los 90 pero con alto presupuesto y trasfondo lovecraftiano. Tu misión como jugador es procurar que muera el menor número de personajes y acabar de la mejor forma posible la historia. Tanto a nivel gráfico, como de interpretaciones de los actores, como de composición de la historia me parece un juego sobresaliente, dentro de que está muy enfocado hacia un público joven, similar al que iban dirigidas las películas en las que se inspira. Me encantó.

La buena de Jessica, que lo pasa fatal, tiene una
de las escenas más hilarantes del título.
Fue el personaje que mejor me cayó, pero
en el primer intento me fue imposible salvarla.

The Last of Us (2013): teniendo en cuenta que su continuación estaba a punto de salir, quise rejugar esta aventura y unir ambas historias para no perder detalle. Un juego que gana mucho si te lo pasas en modo difícil porque el normal, en su día, me resultó decepcionante por lo bobos que eran los enemigos. Nunca olvidaré el momento en el que me choqué con un chasqueador y el monstruo ni se inmutó. Esta vez no solo me volvió a gustar, sino que lo disfruté mucho más.

Joel y Ellie, aventureros en un
mundo en el abismo.

The Last of Us 2 (2020): el juego del verano se podría decir, continuación de la exitosa aventura de 2013. Una obra monumental que recomiendo tanto por lo extraordinariamente bien desarrollada que está como por la reflexión a la que invita. Un western de la vieja escuela en un mundo postapocalíptico que tiene zombis, sectas y militares turbios. Me encanta la atención a los detalles y lo bien desarrolladas que están las mecánicas de juego. El final me resultó brillante.

Ellie versión adolescente, nunca había visto un personaje
psicológicamente tan hecho polvo en un videojuego.
El punto de degeneración personal al que llega es brutal.
El nivel de expresividad facial y corporal que se logran
son un portento técnico.

Ghost of Tsushima (2020): un sandbox sajarraja con samuráis. Este juego lo empecé al poco de terminar The Last of Us 2, lo cual fue un error porque aquél es el techo de lo que puede ofrecer una PS4 y este, aunque está muy bien, no llega a esos niveles de calidad. Tiene un comienzo flojo y hasta que no te sumerges con paciencia en su mundo no llegas a cogerle el gusto. Ahora bien, a partir del acto 2 se vuelve mucho más interesante. Lo que más me ha gustado del juego, aparte de la belleza de los entornos, es el sistema de combate, basado en posturas para luchar con katana cuerpo a cuerpo mezcladas con armas tipo ninja. Es sorprendentemente fácil de aprender pero muy variado. Lo que menos, lo repetitivo que es. Todas las misiones consisten en ir de A hacia B y matar un grupo de mongoles o de ladrones. Eso se alterna con algunas fases de rastreo o de saltos entre plataformas y también con algunas batallas de lo más espectacular. El final también me encantó.

El hombre que hizo llorar a un dragón.

Uncharted 3: la traición de Drake (2011): tercera parte de la exitosa saga de Naughty Dog que tenía pendiente y acabé en un suspiro. Un juego divertido a rabiar, pero soso en lo argumental y que hoy día ha quedado muy anticuado en cuanto a mecánica de juego, no tanto gráficamente. Quizá sea el que menos me ha gustado de todos, sin menospreciar las cosas buenas que tiene. La sensación que tuve al llegar al final fue: ¿eso es todo? Me resultó demasiado breve y continuista. No obstante, un juego que merecería en su conjunto un notable tanto por la puesta en escena como por el entretenimiento que ofrece, aunque sea una experiencia lúdica muy ligera.

La remasterización para PS4 ofrece una imagen
muy nítida, pero la interacción con los elementos
del escenario y el movimiento de los personajes
ya denotan su veteranía en lo técnico

Final Fantasy VII remake (2020): como su propio nombre indica, estamos ante una reedición del clásico de 1997 con gráficos mejorados y una historia alargada para que resulte episódica. Es un juego que me ha gustado mucho porque conserva la esencia de los juegos de los 90 y la transporta a la actualidad, ofreciendo una aventura emocionante y un desafío jugable, además bien equilibrado. El sistema de combate es mucho más dinámico que el original, una mezcla de turnos con acción directa que sigue manteniendo su componente estratégico. Lo que menos me ha gustado es que es un juego con un encarrilamiento muy mal disimulado y lleno de barreras invisibles, también le falta profundizar en los elementos interactivos para favorecer que el jugador se sumerja mejor en el escenario. Por otra parte, mezcla un diseño y animación de personajes principales sobresaliente con unas texturas a veces borrosas y pixeladas en los entornos —puertas, carteles, e incluso algunas panorámicas parecen diseños de 1995— y también personajes secundarios estáticos o demasiado unidimensionales como relleno o decorado. Ahora bien, es un juego con suficientes virtudes en otros aspectos como para que los elementos con margen de mejora los desluzcan.

Un clásico puesto al día

Cine y series

En primavera empecé de nuevo los Simpson, mi serie de animación favorita de todos los tiempos, tomando como punto de partida la primera temporada y con la intención de llegar por orden hasta la última. De momento voy por la 16.
Siento debilidad por las temporadas clásicas, rara es la vez que no encuentro la ocasión para colar alguna broma de la serie. A partir de la 12 la serie flojea mucho, no vamos a engañarnos, pero aun así la voy siguiendo. Además, lo suelo hacer al mediodía, al estilo Antena 3, pero sin anuncios.
Otra serie que he empezado a ver es Territorio Lovecraft. De momento no he pasado del primer episodio, que sinceramente me gustó poco por lo inverosímil que me resultó la psicosis racista que se organiza en torno a los protagonistas, demasiado exagerada. La parte de los monstruos de Lovecraft tuvo su gracia, pero demasiado serie B como para tomármela en serio. Le quiero dar una oportunidad al segundo episodio, a ver si termina por resultarme interesante.
También he visto algunas películas de animación clásicas, entre ellas Fantasía, la cual odiaba cuando era un chiquillo, pero que al mismo tiempo tenía un par de cortometrajes que me fascinaban como el de Mickey o el de los dinosaurios. Alguien con la mejor voluntad del mundo pensó que regalar a un niño de 9 años esa película experimental era buena idea porque estaba firmada por Disney. Ahora, evidentemente, la contemplo con otros ojos y desde luego me resulta un trabajo impresionante, aunque me sigue pareciendo extraordinariamente aburrida.

La escena de los dinosaurios a punto
de morir de sed en el mundo desértico
creo que fue uno de los traumas de mi infancia.

Lecturas

Aprovechando el plan de corregir Tambores de guerra he ido leyendo todo lo que he podido sobre la guerra civil española para refrescar la memoria y ampliar conocimientos. También me he leído un ensayo de título Alfonso XIII, hombre de negocios, de Guillermo Gortázar, historiador y político del Partido Popular, que en esencia me ha servido de base, junto a otras lecturas, para concluir que el interés del monarca por el expansionismo colonial iba más allá de una cuestión de prestigio y que los notables de la época procuraron el uso de los recursos públicos del Estado como instrumento para afianzar sus intereses particulares en el Protectorado. Es decir, se estaba consumiendo una gran cantidad de dinero público y vidas, tanto españolas como rifeñas, para que estos señores se enriqueciesen a través de las inversiones, bajo la excusa de ser de interés general para España.
Por otra parte, he leído las aventuras de Solomon Kane, tanto los relatos como el juego de rol. Este último me ha encantado por la cantidad de material útil que contiene. Me parece una buena filosofía de diseño incluir en el manual básico las reglas, la ambientación y un montón de aventuras para que no sea necesario hacer uso de ningún otro suplemento.

Maravilloso libro del que poseo
dos copias, la que compré en su día
y una de repuesto aprovechando
su saldo.

Conclusión

Como decía al principio, la reclusión ha favorecido realizar todo tipo de actividades lúdicas caseras y además adelantar y acabar los proyectos que tenía pendientes. Lo cierto es que echo mucho en falta la libertad de ir a cualquier parte sin temor al contagio, pero al menos el acceso a la tecnología de las comunicaciones y el ocio electrónico atempera la sensación de claustrofobia.
En mi localidad los contagios se están multiplicando por la abundancia de fiestas en las casas de campo y el mal uso de las mascarillas —las autoridades sanitarias recomiendan bajársela para toser, hablar por el móvil o proteger el codo—. Sin ir más lejos, ayer por la tarde el alcalde anunciaba nueve contagios por una a la que asistieron treinta personas y anoche a las tres de la madrugada escuchaba gritos de borrachuzos y reguetón a todo volumen en otra.
Podrían morir miles, ¡pero que no pare la juerga!

¡Prueba con otro Slurm!

Comentarios

  1. Con ganas brutales de leer esos Tambores de Guerra. Y no diré que no me pica la curiosidad por esa aventura de D&D...

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    Respuestas
    1. ¡Muchas gracias por el apoyo! :-)
      A ver si en la editorial le dan salida antes de que nos convirtamos todos en coronazombis, tengo muchas ganas de ver la campaña ilustrada y un dibujo del Juguetero de joven :D
      Respecto a la aventura de D&D, mis jugadores están a punto de llegar al apoteósico final. Estoy deseando probar la última parte, que está llena de peligros.100% vieja escuela. Creo que Gygax la aprobaría :D

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