Hoy jugamos a... Cultos Innombrables: Fundido en Blanco (IX)

La grabación de la anterior sesión no llegó a recoger el trágico final de Debrah cuando fue arrastrada hacia la casa por la familia White. El veneno del kryseig la había dejado fuera de combate, pero seguía viva cuando abrió los ojos y pudo sentir que el mundo se había puesto boca abajo, para comprobar al poco que colgaba de un gancho en el sótano de la familia. Frente a ella la desagradable figura de Tobiah White, un hombrecillo retorcido y con pinta de retrasado, producto de generaciones de endogamia. Debrah obtuvo un regalo de Dios cuando su mente desconectó de forma definitiva mientras el repugnante fluido biológico ofrecido por el enano onanista resbalaba por su rostro, para estupor de los jugadores, que hubieran preferido que la narración fuese menos explícita. Afortunadamente ella no escuchó como ellos el modo en el que la familia la fue descuartizando poco a poco, siendo mantenida viva con la vaga esperanza de que Junior ofreciese un vástago a la familia. En este punto cortaríamos la grabación con la socorrida expresión «Fundido en Blanco», pero nadie estuvo allí para dar testimonio del final de Debrah.
Y dicho esto, volvemos al futuro, con Jennifer Revenge apuntando directamente a la cabeza del miembro White del grupo de sectarios, que ha logrado salvarse gracias a la algarabía montada por los visitantes del laberinto de espejos. Después de esto se ha iniciado un combate evocando la famosa escena de La dama de Shanghai. Por primera vez los sectarios se han visto en un verdadero aprieto con un enemigo que los superaba en habilidad. Lejos estaba Jennifer de ser otra de las pobres víctimas que suelen ofrecer a su infame Ídolo Rojo, tanto que ha estado a punto de liquidarlos a todos ayudada por Amy, que con una maniobra de parkour casi ha logrado propinarle una patada en la cara a la informático del grupo. Sin embargo, Jennifer ha resultado herida de gravedad y se ha visto obligada a realizar una retirada táctica entre los espejos y el movimiento de personas. El mareo ocasionado por el daño, los gritos y el ambiente distorsionado le ha jugado una mala pasada que ha sido aprovechada por el White del grupo de sectarios para volarle la tapa de los sesos. Al juego de los espejos también puede unirse otro.
Los sectarios han huido llevándose a Amy con un tiro en el estómago en un estado muy grave y habiendo acabado el trabajo que no hicieron los White con Jennifer. En la calle ha cundido el pánico, la gente corriendo pensando que están ante un ataque terrorista y la policía a punto de volver. Y un tipo sospechosamente familiar no muy lejos, el bueno de Myrick. Dos de los sectarios tratan de alcanzarlo, cosa que logra la informático haciéndole un placaje, con tan mala suerte para el documentalista que ha caído de la peor forma posible en el suelo y se ha abierto la cabeza, quedando fuera de combate. Los heridos se han hecho pasar por víctimas para que los llevasen al hospital y Amy, a la que habían dejado inconsciente de un golpe, no ha podido quejarse.
El White del grupo es médico y ha fingido interesarse por la paciente para poder hablar con ella. Sedada tras la operación no podía decir nada, así que primero no lo ha reconocido y cuando lo ha hecho se le han puesto los ojos como platos. El sectario la ha increpado por montar un plan de asesinato tan absurdo y ha insistido en que él no tiene nada que ver con los White, al menos de forma voluntaria. Obviamente Amy lo ha mandado a freír espárragos.
Antes de marcharse ha aprovechado para llevarse las llaves de la casa de Amy, el teléfono móvil y la documentación del bolso. Algo similar ha hecho con Myrick, en cuidados intensivos.
Los sectarios han investigado en las casas de ambos y se han topado con una copiosa documentación acerca de sus vidas en los ordenadores, también correspondencia con Jennifer Revenge. Han eliminado pruebas, pero la decisión final no ha sido asesinar a los documentalistas sino reclutarlos para que se conviertan en valiosos miembros de la secta, que además deben trabajar activamente para la aniquilación de los White.
Y mientras ese proceso se llevaba a cabo, el miembro White de los sectarios recibe una llamada de Jeremiah White. Parece que quiere que visite la granja ofreciéndole la perspectiva de conocer sus raíces y abrirle un mundo de poderes y conocimientos más allá de su imaginación. ¿Cómo negarse a semejante caramelo?
Con esto y con la idea en mente de posponer el plan de aniquilar al asalto a la familia White, la historia ha dado a su fin, a la espera de continuarse en la última aventura del libro: Simiente negra cae al pozo.
Fundido en blanco.

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