Mis aventuras con la PS Classic

La pasada Navidad me regalaron la "infame" PlayStation Classic, esa consola que en cosa de un mes pasó de costar de 100€ a 60€ y en medio año 27€. Lo que se dice uno de los peores lanzamientos de una consola de Sony en España. En los meses subsiguientes podías ver pilas y pilas de consolas sin vender en los hipermercados o en los centros comerciales, justo lo contrario de lo que sucedió con la NES Mini, que se vendía como churros y los especuladores se cebaban en las reventas.

¿Por qué el fracaso si España es territorio PlayStation y la original fue la consola más vendida de su generación? Pues porque Sony no se esforzó en la elaboración de su producto. Básicamente se trata de un miniordenador tipo Raspberry Pi con una carcasa que imita la PSX y un emulador de licencia libre, de esos que tanto se intentaron perseguir cuando la consola estaba en auge. Los dos mandos  USB incluidos replican los del lanzamiento original, sin las palancas ni la vibración del popular Dual Shock. Los cables son demasiado cortos, así que vas a necesitar supletorios, y no incluye alimentador.

En cuanto a los juegos, que son lo fundamental en una consola, tiene una selección bastante irregular, una mezcla de clásicos muy queridos como Metal Gear o Final Fantasy VII con obras birriosas que poca gente conoce o quiere recordar. Todos en inglés, aunque en su día se hubiesen traducido o doblado al castellano, lo cual es un crimen en el caso del Metal Gear.

Así pues, es la fórmula perfecta para un desastre comercial.

Y ahora que me he quedado a gusto, voy a decir que es una consola que pese a sus defectos estoy disfrutando estos días. ¿Por qué? Pues justo por usar un emulador libre y conexiones USB estándar los piratas informáticos tardaron poco en acceder al sistema y comenzar a modificarlo a su gusto, cosa que por cierto ha hecho un servidor con el fin de dar uso a ese pisapapeles navideño tan mono, ahora convertido en un reproductor de contenidos de lo más versátil. Y hasta ahí puedo contar a este respecto a menos que quiera tener problemas legales.

En su día yo no tuve una PSX. Era la consola que tenían casi todos mis amigos, quienes compraban juegos piratas en una tienda de electrónica local y vendían el CD a 1500 pelas. Había quienes fardaban de tener un hermano con grabadora en su ordenador y de sus enormes torres de discos copiados. Esos hermanos también trapicheaban con los juegos piratas, así que había una mezcla entre competitividad por tener la mayor colección e interés por hacer negocio estraperlista.

Pasaron los años y me quedé con las ganas, dado que en casa lo que había era ordenador y mis padres no querían que perdiese el tiempo con más juegos en lugar de estudiar. Mi relación personal con las consolas modernas comenzó ya con la Dreamcast en un salto vertiginoso desde la Master System, que todavía conservo como nueva, y pese a continuar con la PS2 —que llevaba en realidad una PS1 en su interior—, la Game Cube, etc., hasta llegar a mi flamante Xbox One X, siempre había tenido el gusanillo de jugar como Dios manda a algunos juegos de PS1 que solo pude disfrutar a ratos en casa de amigos y que ya no se podían encontrar en tiendas cuando tuve la PS2.

Ahora que la miniconsola está, digamos, adaptada a mis necesidades la experiencia ha mejorado bastante. Pese a que haber puesto el mando original sin palancas es de una tacañería intolerable, los juegos se sienten como si de verdad estuvieras en la época. Responden muy bien y de manera fluida. La emulación tiene sus altibajos dependiendo de lo que se esté reproduciendo —hasta con los juegos que vienen de fábrica—, pero en general es correcta. Creo que se deberían haber incluido opciones de personalización de la misma, por ejemplo una muy necesaria que es el suavizado de texturas y la posibilidad de estirar la pantalla en televisiones panorámicas. Encontrarte en pleno 2019 esas horribles superficies cuadriculadas y escenarios temblorosos es un espanto. A veces ni te enteras de lo que hay en pantalla por superposición de polígonos.

Conclusiones

¿Es recomendable comprar la PS Classic? No, a menos que seas un coleccionista o la encuentres muy barata. El hecho de no incluir ni Dual Shock, ni un emulador propio que saque verdadero rendimiento, ni el mejor catálogo, ni que esté traducido al castellano, la convierte en una mera curiosidad o en carne de pirateo si quieres sacarle jugo, lo que supone una pérdida de tiempo. No le veo sentido a comprar una miniconsola de marca para tener que andar buscando tutoriales con el fin modificarla, comprar extensor de cable para poder sentarte en el sofá de manera cómoda o tener que buscar juegos por tu cuenta porque ni siquiera se han planteado la idea de venderlos aparte como descarga. Todo lo que hace la PS Classic lo hace una Raspberry Pi sin complicarse tanto y sin trabas.

Antes de que nadie lo mencione, no pretendo apoyar con este artículo la piratería ni mucho menos. Estamos hablando de juegos muy antiguos que hoy día es difícil encontrar por la vía legal y mucho más en castellano. Algunos los tuve incluso en PC, pero jugarlos con teclado no era lo mismo. Conozco lo mucho que cuesta sacar adelante un proyecto y el respeto que merece el trabajo ajeno.

Como todas las consolas «mini», cabe perfectamente en una mano
pero los mandos incluidos tienen el tamaño habitual.




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