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Mostrando entradas de octubre, 2018

Extravagancias coleccionables

Me encanta coleccionar cosas. Es una costumbre que tengo desde que era un chiquillo y echando la vista atrás puedo decir que he llegado a coleccionar desde lo más mundano hasta lo más curioso. Algunas de esas colecciones las conservo y otras las he perdido por accidente o por desinterés con el paso de los años. Entre las que he perdido recuerdo una muy peculiar. De niño me encantaban las «manos locas», esos juguetes elásticos y pegajosos que tirabas a la pared o al techo y hacían que las madres te diesen una buena regañina. Las primeras que se fabricaron eran de plástico sólido y cuando te golpeaban con ellas dolía. Seguramente por eso, aparte del interés por abaratarlas, las siguientes fueron mucho más blandas y se rompían con mucha más facilidad. Tenía una colección con todos los colores, guardadas en su envase original para que no se estropeasen. Así estuvieron hasta que mi prima pequeña las vio y las abrió sin compasión un día que no estaba en casa. En el mismo sentido, más ad

Juega sucio, de John Wick

Hay un viejo adagio español que dice «cada maestrillo tiene su librillo». Eso es en esencia Juega sucio de John Wick, un manual de estilo personal sobre jugar a rol. Para los recién llegados, John Wick es una celebridad en el mundo de los juegos de rol, autor de obras tan conocidas como Séptimo Mar o La leyenda de los Cinco Anillos y de otras no tanto, pero bien valoradas, como Casas de sangre o Sangre y honor . Soy de la opinión de que la mejor forma de mejorar y aprender en el arte de contar historias es observar con atención el modo de trabajar de personas afines, así que cuando supe de la publicación de un libro sobre la experiencia de un narrador con tanto bagaje en esas lides no me lo pensé dos veces y me lo traje a casa. De entrada me gustaría decir que el título es muy comercial y puede llevar hasta cierto punto a engaño. El libro contiene muchas ideas y trucos para enriquecer tus historias dándoles el interés necesario para que no pierdan intensidad, pero no son tan

Se acabó Google+

La noticia del próximo cierre de Google+ es una de las más tristes que me podrían haber dado. Ha sido como si te dijeran que cierra tu bar favorito, ese sitio donde conoces a todo el mundo, con quienes llevas hablando desde hace tantos años, que es como si formaras parte de una pequeña gran familia. Se me ha ocurrido revisar cuándo publiqué mi primera entrada y... ¡es de nada menos que de mayo de 2012! Seis años escribiendo día a día sobre lo divino y lo mundano: sobre juegos de rol, política, historia, literatura, videojuegos, proyectos creativos, cuestiones del trabajo. Casi un diario personal vivo y dinámico, que ahora se pierde en el tiempo y para siempre —a menos de que encuentre el modo de hacer una copia de recuerdo—. Aunque Internet está repleto de redes sociales, Google+ es insustituible. Si fuese un bar, sin duda sería Cheers, con Norm, Frasier y todos los demás. Durante esos seis años mi primera acción al levantarme y al acostarme ha sido coger la tableta y revisar qué