El club de rol bajo el pino

Este verano he montado un grupo de rol para jugar al aire libre con gente de mi pueblo, aprovechando el buen tiempo. El lugar escogido ha sido un merendero bajo una pinada, un lugar fresco y discreto al que, además, se puede llegar fácilmente andando. Ninguno había quedado para jugar en persona por lo menos desde 2019, así que la experiencia está siendo fabulosa.

La aventura escogida forma parte de la campaña de los Mitos que estoy escribiendo ahora mismo, con trasfondo en la España de los años 40. La estamos jugando con un estilo desenfadado y mucho sentido del humor, muy en la línea de las historietas de Bruguera, con multitud de chascarrillos y portentosas interpretaciones. Lo mejor para estos días de calor :D

También ando trasteando con un nuevo reglamento para jugar este tipo de aventuras, fruto de la experiencia acumulada a lo largo de los años. De momento, solo es un ejercicio de composición en el que estoy añadiendo mecánicas que me gustan y aligerando otras que no tanto, para llegar a un sistema que se adapte al tipo y tono de las historias que suelo contar. Quizá nunca lo llegue a probar o puede que en un futuro se convierta en mi sistema de cabecera, pero lo cierto es que trabajar en él como mero pasatiempo me resulta divertido, como al apasionado de la mecánica que va construyendo su propia moto pieza a pieza.

Y para despedirme, os muestro una foto del grupo en faena:


 

Un abrazote :D (Felices vacaciones)

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