Jornadas TDN 2019

Hacer una peregrinación anual a Mollina se ha convertido para mí en una costumbre casi sagrada, una especie de retiro espiritual en el que me paso cuatro días en un oasis en medio de un secarral realizando las actividades que más me gustan: jugar a rol, hablar de rol, comprar rol, leer rol y escuchar charlas sobre rol, sin más preocupaciones. También echo algunas partidas de videojuegos y juegos de mesa, pero no es lo importante ;-)

La vida en Tierra de Nadie es maravillosa. Te levantas por la mañana, vas al bufé y te pones como el Quico a base de churros, molletes con mermelada y rosquillas. La mayor preocupación es encontrar plaza en la partida que te interesa. Juegas, conoces gente y luego a comer otra vez. Eliges partida para la tarde y juegas hasta la cena. Por la noche también se podría elegir partida, pero para mí mejor alguna actividad ligera para acostarme temprano y estar despejado por la mañana para... volver a ponerme como el Quico y jugar a rol. Así durante cuatro días, además con aire acondicionado para tener la temperatura óptima. Estoy convencido de que a quien no sea rolero le puede resultar incomprensible, tanto como a mí meterme en un estadio de fútbol con todo el mundo enardecido al ver cómo se mete la pelota en la portería. Como se suele decir, cada loco con su tema.

En lo que a rol se refiere, la mayor parte del año me la paso haciendo de director de juego, así que las jornadas suelen ser una de las raras ocasiones en las que estoy frente a la pantalla y no detrás. De este modo, aprovecho para probar cosas nuevas y observar cómo se desenvuelven otras personas en la honrosa tarea de narrador de historias, con el fin de aprender nuevas técnicas o mejorar la propia a través del ejemplo.

Este año he jugado a los siguientes juegos:

2084. Se trata de uno de los próximos lanzamientos de Nosolorol con el sistema Hitos y lo dirigía uno de sus autores, Jokin García. Trata sobre un mundo postapocalíptico gobernado por una ONU ultraconservadora y represiva. Tuve la oportunidad de echar un vistazo al texto de la ambientación todavía en proceso de escritura y tenía muy buen aspecto. Me suelen gustar las distopías, así que lo seguiré de cerca.

Walhalla to the Limit. Estamos ante un cruce entre dos juegos divertidísimos, Walhalla e Imserso. Trata sobre las aventuras de vikingos veteranos que quieren recuperar sus días de gloria o iniciarlos un poquito tarde. La aventura estaba dirigida, como no podía ser de otra forma, por el gran Antonio Lozano, con quien tuve el gusto de compartir tertulias en el comedor del recinto.

La aventura trataba sobre un grupo de vejetes que se había quedado con las ganas de hacer algo memorable para entrar en el Walhalla. Sin embargo, no tenían más remedio que quedarse en el pueblo para cuidar de los maleducados niños, cuyos padres se encontraban explorando tierras desconocidas.

Pues, con esas, entre las trastadas de los zagales, se topan con un nutrido grupo de invasores que tienen la intención de saquear el pueblo. Para sobrevivir montamos un circuito de trampas que comenzaba con un espectáculo de pirotecnia orquestado por mi personaje, un antiguo mago, para asustar a los bárbaros. Fue una de las aventuras que más disfruté de las jornadas.

La puerta de Ishtar. Este es el juego de Rodrigo García Carmona sobre la Mesopotamia mítica, uno de los juegos más interesantes de esta década que está a punto de terminar. Dirigía otro grande, José Masaga, cuyo despliegue de utilería en la mesa siempre es espectacular.

En serio, si quieres aprender cosas nuevas, hay que jugar con él. Tanto a nivel de narrativa como de organización y atención a los detalles es un maestro.

A propósito, me sorprendí al saber que el juego se había publicado en... ¡2012! ¡Cómo puede pasar el tiempo tan rápido? Parece que fue ayer cuando pesqué al cartero intentando incrustar el libro del mecenazgo debajo de la persiana de mi trabajo en un día de lluvia —por fortuna no sufrió daños—.

No voy a contaros nada sobre el argumento, si jugáis la aventura lo mejor es no saber nada.

Against the Darkmaster. Me encantó la definición de Rodrigo García sobre este juego: «viene a ser el Hacendado del MERP» —el juego clásico de El Señor de los Anillos—. Nunca había jugado al MERP, se trata de uno esos juegos que todo el mundo menciona con una mezcla entre cariño y aprensión por haber envejecido mal, y tenía ganas de probarlo. Al menos por acceder a un pedacito de historia del rol que me había perdido.

Me gustó mucho su sabor clásico y volver a la Tierra Media, pero sí que es cierto que a menos que vivieses su época y sientas la nostalgia, para jugar en el mundo de Tolkien hay alternativas mejores. Requiere bastante agilidad con el cálculo mental y su funcionamiento a base de tablas pueden volverlo bastante lento si no dominas las reglas. Aun así, si sale en castellano me gustaría hacerme con él y volver a jugarlo. Me encanta la vieja escuela del rol.

Clásicos del Mazmorreo. De nuevo con Masaga, ya había jugado con él a este juego en ocasiones anteriores y había sido fabuloso, lo cual no cambió ni un ápice. Además, montó un escenario con piezas hechas con impresora 3D que fue una maravilla. No quiero imaginar el tiempo que le habrá dedicado a prepararlo todo.

Respecto al juego, nunca había jugado con personajes de nivel 4, así que tuve la oportunidad de ver en acción a los personajes en plenitud de sus facultades y el reglamento a pleno rendimiento. Fue divertidísimo, desde luego capta muy bien la esencia de la literatura fantástica pulp.

A propósito, mi hechicera jugó una partida de cartas con la Muerte y ganó gracias a la ayuda de su patrón, el señor de los batracios. Consiguió una segunda vida a cambio de dedicarla a su culto y designios. Es tan retorcido y siniestro que me encantó. Lástima no poder continuar la campaña para ver en qué acababa todo.

Conan 2d20. Este era un juego que tenía ganas de probar desde hacía tiempo, sobre todo porque soy un enamorado de la obra de Howard. Tendría que leer el reglamento con calma, pero en general al verlo en marcha no me resultó demasiado atractivo, prefiero otras alternativas para jugar en esa ambientación, por ejemplo el existente Conan D20 —del cual tengo la colección completa— o Hitos, mucho más sencillo y perfectamente aplicable a esta clase de historias.

De todos modos, es muy precipitado decir que el juego no me gusta hasta que tenga el manual en mis manos. Por lo demás, la partida estuvo bien, captaba de manera adecuada la esencia de los relatos y tuvo momentos épicos. Se hace imprescindible tener los dados especiales porque sin ellos la lectura de resultados se hace liosa si no conoces el reglamento.

Cultos Innombrables. La última partida de las jornadas la jugué con mi querido amigo Ricardo Dorda. Hacía tiempo que quería jugar con él como director de Cultos, pero por diversas razones se había ido dilatando la espera. El juego, como sabrán los lectores del blog, ya lo conocía de forma sobrada, así que ya se sabe que me gusta mucho, como todo lo que tiene que ver con los Mitos de Cthulhu. He de decir que me cuesta salir de los años 20 y jugar en el mundo actual.

Ricardo es otro narrador maravilloso, me encanta jugar con él. Lo hice durante mucho tiempo tanto como director como jugador y la verdad es que le echaba de menos. Es una pena que solo lo vea una o dos veces al año por las vicisitudes de la vida.

Conclusiones

Las jornadas son una oportunidad excelente para probar cosas, conocer gente y ver a viejos amigos. El rol es un mundo pequeño y lo cierto es que a poco que te muevas en sociedad terminas conociendo a todo el mundo. Me alegró mucho ver a Antonio Lozano, a Ricardo Dorda, a Masaga, a Rodrigo, a Ezkardan, a Turbiales, a Egor, a Joaquín, a Pau... a todo el mundo.

Como todos los años, una experiencia impagable. Aún mejor teniendo en cuenta que tuve la suerte de alojarme en el recinto y no andar dando tumbos entre hoteles y búsqueda de comidas.

Lo único que se podría mejorar es un detalle que he observado este año y es el exceso de seriedad que se busca en algunas partidas. A veces se olvida que lo que tenemos delante no es más que un pasatiempo y su fin es la diversión. Cometer errores de juicio, bromear, llevar las situaciones al límite o hacer lo que no se puede en el mundo real por las convenciones sociales también forma parte de la experiencia y prescindir de eso desprovee de significado a la diversión, al menos tal y como lo veo.

Al final de las jornadas se nos comunicó que desaparecía la veteranía de los asistentes habituales para reservarla a los colaboradores, medida que va a complicar todavía más conseguir plaza pero también justa, dado que cada año se reduce el número de personas que dedican su tiempo a organizar actividades y este las partidas de rol han sido escasas. Asimismo, se nos contó que el grupo TDN iba a organizar una feria del ocio alternativo en Madrid, a lo cual habrá que estar atentos.

Tras el largo viaje de regreso, volví a casa con la maleta llena de libros nuevos y la mente llena de recuerdos, con pena de que todo se acabe tan pronto y la espera sea tan larga. Hasta el año que viene, mis queridos amigos.

El señor Lozano dándolo todo :D 

Las maravillas del señor Masaga

Tertulias con la mejor compañía 

Aventuras cultistas con el bueno de Ricardo

Comentarios

  1. Estupenda crónica!! Y muchas gracias por la mención y las bellas palabras!!! :D Ha sido un auténtico placer compartir un trocito de estas memorables jornadas con vosotros ;) Un abrazo efusivo! :D

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    1. Igualmente, Antonio, espero que volvamos a coincidir pronto :D
      ¡Un abrazo! ¡Y gracias por leer la entrada!

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  2. Qué chulo. Yo solo puedo ir a la LES a lo largo del año, pero coincido con el sentimiento de que algo así son una especie de vacaciones roleras ;).

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    1. Tengo pendientes las LES desde hace mucho, pero suelen coincidir con una de las etapas en las que más trabajo tengo a lo largo del año y rara vez puedo escaparme. ¡Algún día lo lograré! :D
      ¡Gracias por leer la entrada! :-)

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  3. ¡Qué partidas más geniales compartimos, Mariano! Es genial verte por las TdN, si hiciera un listado de gente que espero u deseo ver año tras año te aseguro que estarías. ¡Un abrazo!

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    1. Lo mismo puedo decir, José, las personas como tú hacéis que recorrerse medio país merezca totalmente la pena. Fue un placer volver a verte. ¡Otro abrazo para ti! ¡Y gracias por leer la entrada! :-)

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